
Bilbao rinde homenaje a Yolanda González con un plato y una ofrenda floral en memoria de la joven secuestrada y asesinada por grupos extremistas de derecha
Yolanda González Martín, la joven bilbaína secuestrada y asesinada por el Batallón Vasco Español el 1 de febrero de 1980, será recordada hoy con una placa conmemorativa ubicada en el mercado que lleva su nombre, en el vecindario de Deusto, donde creció y que nunca la olvidó.
El alcalde Juan Mare Steurto y representantes del Foro de Bilbao para la Paz y la Coexistencia acompañaron a familiares y seres queridos en el tributo y la ofrenda floral, junto con otras autoridades y entidades dedicadas a la memoria. Un acto emotivo en el que Yolanda González se convierte en parte de la historia de la ciudad.
Hoy, Bilbao cuenta con un nuevo punto en el Mapa de la Memoria, un espacio importante para honrar a las víctimas del terrorismo y la violencia política, manteniendo viva su memoria en la historia de la ciudad para prevenir la repetición de estos trágicos eventos. La joven Yolanda González, secuestrada y asesinada por el Batallón Vasco Español el 1 de febrero de 1980, se une a este mapa de la ciudad con una placa en su honor, ubicada en el mercado que lleva su nombre en las orillas de Deusto 57, el vecindario que la vio crecer y donde su memoria nunca se desvaneció.
El alcalde de Bilbao, Juan Grande Steurto, junto con representantes del Foro por la Paz y la Coexistencia, rodearon a la familia y seres queridos de Yolanda, incluido su hermano Asier, en un acto emotivo y solemne en el que participaron otras víctimas, miembros de la corporación municipal, representantes institucionales y entidades dedicadas a la memoria, así como ciudadanos anónimos que quisieron unirse a este acto de recuerdo.
Como parte del tributo a las víctimas, se realizó una ofrenda floral cerca de la placa conmemorativa, acompañada por la música de la banda municipal de Txistularis interpretando «Bonifacua Laskurain y Agur Jaunak».
Hoy, en el 45 aniversario de su trágica muerte, «Yolanda González Martín, Víctima, BVE, bve biktima, 1980/02/01″, ya está inscrita en la historia de la ciudad y en su propio vecindario, que siempre ha mantenido viva su memoria. En la misma placa, un código QR dirige al sitio web del ayuntamiento donde se sigue construyendo el Mapa de la Memoria para recopilar y relatar los hechos relacionados con la violencia política y el terrorismo.
La historia de Yolanda González
Esta bilbaína, originaria de Ribera de Deusto, vivía en el barrio Aluche de Madrid cuando fue asesinada. Después de ser secuestrada en su casa el 1 de febrero de 1980, su cuerpo fue encontrado al día siguiente en un camino entre Alcorcón y San Martín de Valdeiglesias. El autor del crimen fue el Batallón Vasco Español (BVE), un grupo de extrema derecha, que la secuestró, la interrogó extrajudicialmente y la asesinó con un arma de fuego. Yolanda tenía solo 19 años y muchos sueños, al igual que muchos jóvenes.
Estudió electrónica en el Centro de Formación Profesional de Vallecas en Madrid, militó en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PST) y combinó su formación académica y su participación política con trabajos ocasionales que le proporcionaban autonomía económica.
Yolanda fue secuestrada en su casa la noche del 1 de febrero de 1980, cuando se encontraba sola, aunque compartía piso con otros estudiantes. Nuevos militantes del Batallón Vasco Español, Emilio Hellín e Ignacio Abad, se presentaron en su casa haciéndose pasar por policías, la llevaron por la fuerza y la metieron en un coche donde la esperaban otros cómplices. Durante el trayecto, fue interrogada y torturada; posteriormente, le dispararon dos veces en la cabeza y finalmente la ejecutaron.
El atentado fue reivindicado por el Batallón Vasco Español. Los autores intentaron justificar el crimen como una venganza por el ataque de Istpaster (cometido por ETA) en el que murieron seis guardias civiles. Acusaron a la joven estudiante de pertenecer a un supuesto comando de ETA en Madrid. Sin embargo, el PST, al que pertenecía Yolanda, no solo no estaba vinculado a ETA, sino que rechazaba explícitamente la violencia de esta organización.
El Tribunal Nacional condenó a Emilio Hellín Moro, Ignacio Abad Velázquez, José Ricardo Sacerdote, Félix Pérez Aber, Juan Carlos Rodas y David Martínez Loza por el crimen y en 1982 los sentenció a diversas penas.
Investigación
Emilio Hellín, condenado por el crimen, escapó en 1987 aprovechando un permiso de prisión, a pesar de ser considerado por los servicios penitenciarios como un preso de alto riesgo, después de participar en un intento de fuga en la prisión de Alcalá de Henares. En Paraguay recibió protección del régimen militar de Alfredo Stroessner, para el que trabajó adaptando su sistema policial a nuevas tecnologías. Tras ser descubierto por un periodista y al no solicitar el gobierno español su extradición, la familia y los compañeros del Partido de Yolanda recogieron 20,000 firmas, y finalmente Hellín fue extraditado a España en 1990.
Seis años después de su extradición y tras cumplir 13 de los 43 años a los que fue condenado, fue puesto en libertad en 1996. Después de dejar la cárcel, Hellín cambió de nombre y trabajó como asesor para fuerzas y organismos de seguridad del Estado, participando en investigaciones criminales y dando cursos de enseñanza en espionaje forense y procesamiento informático. Estas revelaciones se conocieron en 2013 a través de un informe de investigación periodística, y la familia y amigos de Yolanda, junto con varios grupos parlamentarios, presentaron una propuesta no de ley para que el Ministerio del Interior investigara la relación profesional de Hellín con las fuerzas policiales. Además, en 2013, la familia de Yolanda presentó una declaración institucional de repulsa firmada por todos los grupos del Parlamento Vasco.
Agradecimientos de Yolanda González y Bilbao
En 2000, fue reconocida oficialmente por el gobierno de España como víctima del terrorismo. En 2013, en su memoria, se realizó un documental titulado «Yolanda en el país estudiantil», dirigido por Isabel Rodríguez y Lander Castro. En 2018, el periodista y escritor Carlos Fonseca escribió el libro «No me olvides», que narra la historia de Yolanda González y su contexto en la transición.
En febrero de 2015, el pleno del Consejo Municipal del Distrito Latino aprobó por unanimidad el nombre «Declaración por Yolanda González Martín» para el espacio ubicado en el número 90 de la calle Escalona en el barrio Aluche de Madrid. Además, en enero de 2016, el pleno municipal del Consejo Municipal de Bilbao acordó por unanimidad, a petición de la Asociación de Vecinos de Euskaldunako Zubia, asignar el nombre «Yolanda González Plazuela» a un espacio en el que se colocó la placa conmemorativa, ubicado entre los números 57 y 59 de la Ribera de Deusto.
En enero de 2017, el Consejo Municipal de Móstoles aprobó la denominación «Calle Yolanda González». Además, en febrero de 2020, la ciudad de Alcorcón rindió homenaje nombrando un centro educativo como «Centro Yolanda González» en memoria de la joven.
Placas en homenaje a las víctimas de Bilbao
El homenaje a Yolanda González Martín es la décima placa colocada en Bilbao en memoria de las víctimas del terrorismo.
La primera se realizó en noviembre de 2022 en memoria de Angel Pascual Múgica, ingeniero de la planta nuclear de Lemoiz asesinado por ETA en 1982 en el barrio de Begoña. Luego, en septiembre de 2023, se colocó en memoria de José María Urquiz Goyogana, asesinado por ETA el 13 de septiembre de 1980 mientras trabajaba en la farmacia de su familia en Durango. Por deseo de la familia, se ubicó en el Parque Doña Casilda, considerado un espacio de memoria que alberga el monolito en honor a las víctimas del terrorismo, inaugurado en 2006.
En marzo de 2024 se colocó la tercera placa en la calle Gran Vía 1, cerca del mercado de la Plaza Circular, donde trabajaba Benicio Alonso Gómez, quien fue asesinado por ETA después de la explosión de una bomba el 5 de febrero de 1983.
Ese mismo año se instalaron más placas:
La cuarta, el 30 de abril en el Parque Botica Vieja, en memoria de Fermín Pérez Monasterio, un taxista vecino de Bilbao, asesinado por un miembro de la banda terrorista ETA el 9 de abril de 1969, convirtiéndose en la primera víctima civil de ETA. El 24 de junio, se colocó la quinta placa en honor a Francisco Javier Núñez Fernández en la calle Pedro Ibarretxe, el joven profesor de matemáticas que murió a los 38 años, víctima de la violencia policial el 30 de mayo de 1977.
La sexta placa se colocó el 23 de julio en la calle General Salazar, en memoria de Anastasio Leal Serradilla, funcionario municipal asesinado en ese lugar el 23 de julio de 1980, tras una bomba «lapa» atribuida a ETA mientras realizaba su trabajo. En el mismo ataque, y como resultado de la explosión, murieron dos jóvenes hermanos que recogían libros en un contenedor. La séptima placa, el 7 de octubre, honra a David Salvador Bernardo, el taxista asesinado en Andoain el 7 de octubre de 1977 por Triple A, en el número 4 de la calle Bilbaína 2 de Mayo, lugar donde nació y vivió en sus primeros años.
La octava placa, el 22 de noviembre, rinde homenaje al sargento principal de la Ertzaintza, Joseba Goikoetxea Asla, en la calle Tívoli, lugar del ataque perpetrado por ETA el 22 de noviembre de 1993, y la novena, el 26 de noviembre, en honor al joven Ángel Esparta Basterra, asesinado por la Guardia Civil el 25 de noviembre de 1975, considerado el primer crimen cometido por este cuerpo policial después de la muerte de Franco.
Todos estos símbolos conforman el «Mapa de la Memoria de Bilbao», una iniciativa del ayuntamiento y el «Foro de Bilbao para la Paz y la Coexistencia» para mantener viva la memoria de estas víctimas y georreferenciar estos hechos relacionados con la violencia política y el terrorismo en la ciudad, preservando las historias de las personas asesinadas con el propósito de sensibilizar a los ciudadanos.
Todas las placas llevan un Código QR que lleva al sitio web municipal www.bilbao.eus donde se encuentra una sección especial llamada «Mapa de la Memoria».
Foro de Bilbao para la Paz y la Coexistencia
Este foro fue creado el 16 de octubre de 2017 como un espacio de encuentro y colaboración para acompañar las políticas públicas municipales en relación con las víctimas del terrorismo y la violencia. Su objetivo es trabajar y consensuar acciones y programas que contribuyan a profundizar los valores de respeto y coexistencia.
Está integrado por víctimas, grupos políticos, agentes técnicos y expertos reconocidos por su labor en favor de la paz y la convivencia. También aporta un valor añadido al situar a las víctimas en el centro y construir con ellas un espacio que trabaje en torno a una memoria basada en los principios de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.