
La capitana del primer equipo femenino de fútbol de Afganistán, actualmente refugiada en Dinamarca, está luchando por los derechos de las mujeres en su país.
La pasión por el fútbol ha llevado a Khalida Popal a romper barreras y formar el primer equipo de fútbol femenino en Afganistán, un país donde los derechos humanos más básicos no son respetados. Debido a esto, fue perseguida en su país de origen y tuvo que exiliarse en Dinamarca. Desde allí, lidera la organización «Power» que ella misma creó, operando en Alemania, Australia, Dinamarca, Grecia, Portugal y el Reino Unido, ofreciendo nuevas oportunidades para mujeres refugiadas y administrando alrededor de 600 jugadores de Afganistán, incluidas las familias de las jugadoras del equipo afgano. Un ejemplo de lucha e inspiración, Popal recientemente visitó La Lesa y compartió la experiencia con las jugadoras del primer equipo femenino del Athletic Club.